Hemos recibido a través de rumores la noticia de que en Mar del Plata circulan dos correos electrónicos que expresan su preocupación por los Orejudos. Sólo hemos podido conseguir el texto parcial de uno de ellos, que dice:
Esto, me parece, es una vergüenza y, creo, debería ser analizado a los fines de evaluar si corresponde sea remitido al tribunal de disciplina del colegio [de Magistrados].
Creo que es para que lo pensemos.
Saludos a todos.
El texto, antes que preocupación por los Orejudos, solo puede interpretarse como la voluntad de amordazar la libre expresión política (no partidaria) de un miembro de ese Colegio en asuntos de interés públicos.
Los intentos o amenazas de censura parecen haber comenzado, y mal. Quienes proponen esa medida deben saber que la Comisión Interamericana no solo condenó al Estado Argentino en el caso de las exjuezas puntanas Careaga, Gallo y Maluf, sino que demandará a nuestro país ante la Corte Interamericana por ese tipo de violaciones a la libertad de expresión.
El hecho que hace más grave esta forma de presión para el silencio es la integración de los Colegios de Magistrados en provincia de Buenos Aires, que reúnes a jueces, defensores y fiscales. Así, en este caso se da la posibilidad de que sean los propios jueces que se sienten disgustados por las legítimas criticas que hemos realizado y seguiremos realizando, quienes intervengan en al decisión de si corresponde decidir si un fiscal debe ser sometido a un tribunal de disciplina.
1 comentario:
Esra previsible. Ladran, Sancho. Se ve que el orejudo les molesta menos que seguir conviviendo con Pedro Hooft. La luz del sol mata a los ácaros, amigos, a no olvidarlos. La felíz huele a pescado podrido en el puerto, pero no solamente...
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